En barbadillo te sometimos a la prueba de ADN de la familia Herrero, que consiste en ver si te gustan las chuletillas de cordero, y la aprobaste cum laude: No eras capaz de coger bien la cuchara, pero la chuletilla no se te escapaba.
Por lo que cuentan, mamá de pequeña era de lo poco que comia con gusto y como la dejaran via libre, dejaba sin chuletas al resto. Dice la leyenda que algun vez se comió 8 chuletillas de una sentada...cuesta creerlo, verdad?
Y cuando luego fuimos a Esguevillas con los yayos, volviste a repetir la gesta y te miraban orgullosos. Que contento se habria puesto el abuelo Isidoro! Digna biznieta suya ;-)
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